miércoles, 4 de noviembre de 2009

Enigma

La manzana que nunca probó Adán

Ese viejo enigma, el eterno pecado

que se dibuja en flor de Liz

en aquellos inocentes condenados

El olvido descansa en la tumba del silencio

donde duerme aquel amor con perfume a mentira

Los violines hoy dan serenata a las memorias de aquella esquina

cuando los versos enamoran al tiempo y

labios bastardos beben gotas de mar

La mujer en óleo reza la flor que nace de sus entrañas,

mientras su amante pide a la muerte

un instante de inmortal primavera…



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Adán y la manzana prohibida... Pasaba por aquí, saluditos poéticos.

AnaM.M.N dijo...

Cuanta contundencia entre la tentación y el desencanto.Un poemazo.

Abrazos